SE SUMA GREENPEACE A EXIGENCIA POR SANEAMIENTO DEL CAUCE

Febrero 20 de 2008
Fuente: Notimex
Fotografía: La Jornada Jalisco
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En los últimos días el tema de la polución del Río Santiago ha llegado a todos los sectores, los que piden soluciones a este problema.

JUANACATLÁN. -Al igual que otros Organismos No Gubernamentales, integrantes del movimiento ecologista Greenpeace en Jalisco exigen que las autoridades ataquen a fondo el problema de contaminación en el Río Santiago a través de su saneamiento, y no con obras que llevan la polución a otros puntos.

A través de un comunicado, el grupo activista lamentó el fallecimiento del niño Miguel Ángel López Rocha, quien presuntamente sufrió una grave intoxicación por arsénico luego de caer en las aguas del Río Santiago.

A su juicio, esta situación “obligó” a las autoridades a “reconocer su negligencia, y tratando de enmendarse han propuesto medidas como desviar el cauce del Santiago o entubar las descargas y llevarlas río abajo”.

Sin embargo, aseguran que estas acciones no son una solución, sino que ésta se tendrá únicamente mediante el rescate integral de la cuenca: “Eso significa intensificar la vigilancia sanitaria y el control de las descargas, así como la instalación de una red de plantas de tratamiento para sanear el caudal de aguas residuales generado principalmente por la Ciudad de Guadalajara y la industria establecida en las inmediaciones”.

El peor punto de contaminación del Río Santiago se ubica a la altura de la confluencia de los municipios de Juanacatlán y El Salto, en donde se forma una represa de aguas negras.

“Greenpeace Grupo Local Guadalajara se solidariza con las organizaciones ciudadanas de El Salto y Juanacatlán, que exigen con justa razón el saneamiento integral del río y su entorno ecológico”.

Pese al deterioro ambiental y al registro de enfermedades como cáncer, padecimientos dérmicos y respiratorios, tanto el Poder Ejecutivo como diputados del Congreso local, rechazaron emitir una declaratoria de emergencia ambiental y sanitaria en la zona.

Desde hace por lo menos cinco años, organizaciones de las comunidades ribereñas de Juanacatlán y El Salto —donde vivía Miguel Ángel— han alertado a las autoridades municipales, estatales y federales de los graves daños a la salud que sufre la población por la contaminación de este río, calificado como uno de los más contaminados del país.